Los jóvenes protestan y sacuden al mundo
- anitzeld
- hace 7 días
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Actualizado: hace 6 días
La juventud se cansó de esperar. Porque son ellos quienes vivirán el colapso ambiental que otros negaron. Porque son ellos quienes cargarán con las deudas de guerras que no pidieron. Porque son ellos quienes entienden que no hay futuro sin dignidad. Hoy el eco es inmediato. Las redes, los foros, los medios alternativos replican las voces de quienes acampan, resisten, documentan.
La juventud como motor del cambio: una historia de protestas
Greta Thunberg y un grupo de jóvenes activistas a bordo del Madleen forma parte de la Coalición de la Flotilla de la Libertad, una organización que ha hecho campaña contra el bloqueo israelí a Gaza y ha intentado romper el asedio por vía marítima. La tripulación del barco de ayuda con destino a Gaza, interceptado por Israel la mañana del lunes, fue detenida y el navío atracó esa misma noche en el puerto israelí de Asdod, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.
Hoy mientras Greta Thunberg daba una entrevista después de ser capturada y liberada por el gobierno de Israel dejó claro que ella no es la noticia, la noticia es lo que está sucediendo en Gaza y cerró diciendo: el mundo necesita más mujeres jóvenes enojadas.
A Greta Thunberg tampoco se le escuchó al principio. Fue más fácil burlarse de su edad, su tono, su diagnóstico, que confrontar la verdad incómoda que traía consigo. Porque cuando el poder se ve interpelado, lo primero que hace es deslegitimar al mensajero.
Hoy, Greta se planta frente al ejército israelí. No como símbolo vacío, sino como un gesto político cargado de sentido. Su presencia incomoda, desmonta discursos. ¿Van a volver a decir que no entiende? ¿Que la manipulan otra vez?
Lo que pasa es que al poder le molesta la coherencia. Por eso quisieron moldearla, y por eso ahora la temen. Porque Greta demostró que no era una moda ni un producto mediático. Lo suyo era —y sigue siendo— convicción. Y esa convicción la llevó a hacer lo que pocos se atreven: hablar cuando todos callan.
Cada vez hay más jóvenes activistas. No por moda, no por rebeldía pasajera, sino porque tienen más que perder. Les tocará habitar un mundo roto: un planeta al borde del colapso, una economía desigual, una política sorda. Y frente a eso, no pueden darse el lujo de esperar.
Greta no era solo una niña. Era —y sigue siendo— una conciencia. Y no solo hay que escucharla. Hay que seguirla.
Delegación mexicana se une a la Marcha Global a Gaza para exigir cese al fuego y corredor humanitario
Una delegación mexicana participará en la Marcha Global a Gaza que se llevará a cabo del 12 al 20 de junio de 2025, en una movilización internacional que partirá desde El Cairo hasta la frontera de Rafah. La protesta pacífica tiene como principal objetivo exigir la apertura de un corredor humanitario, el cese al fuego permanente y el cumplimiento de las obligaciones internacionales que los Estados han ignorado ante la crisis humanitaria en Palestina.
La movilización global surge como respuesta al colapso del derecho humanitario internacional y la inacción de gobiernos e instituciones frente al genocidio que, según diversas organizaciones, Israel perpetra contra la población civil de Gaza. Desde el 2 de marzo, el cierre de los cruces fronterizos por parte de las autoridades israelíes ha impedido el ingreso de ayuda humanitaria, agudizando una crisis sin precedentes caracterizada por la escasez extrema de alimentos, medicinas y otros insumos básicos.
2024: la juventud toma las universidades
En abril de 2024, estallaron manifestaciones en decenas de universidades de Estados Unidos en solidaridad con el pueblo palestino bajo asedio en Gaza. Las imágenes dieron la vuelta al mundo cuando la policía antidisturbios irrumpió en el campus de la Universidad de California en Los Ángeles para desalojar a estudiantes que protestaban contra los bombardeos de Israel.
Desde el 18 de abril, más de 2.000 personas fueron detenidas en campus universitarios estadounidenses. El debate se encendió: ¿dónde termina la libertad de expresión?, ¿cuándo empieza la represión?, ¿qué es protesta y qué antisemitismo?
En México, estudiantes de la UNAM y colectivos civiles instalaron un campamento frente a la Torre de Rectoría. Se sumaron así al llamado global. Exigen, como sus pares en Estados Unidos y Europa, que las universidades rompan vínculos con instituciones y empresas que apoyan al régimen israelí. “La UNAM, por ejemplo, tiene lazos con la Universidad Hebrea de Jerusalén, con Google, con HP... empresas que financian el sionismo”, declaró a RFI la estudiante Name Villa de Ángel.
La Asamblea Estudiantil Interdisciplinaria también pidió que México cese toda colaboración con Israel, incluyendo la entrega del software Pegasus, usado para espiar a periodistas, defensores y estudiantes.
En Europa, miles de jóvenes se movilizan contra el apoyo de sus gobiernos a Israel y la venta de armas utilizadas en Gaza, donde al menos 34.000 personas —la mayoría mujeres y niños— han muerto desde octubre de 2023.
Pero estas no son protestas aisladas. Son parte de una larga tradición.
De París a Soweto: una historia de rebeldía estudiantil

La primera protesta estudiantil registrada ocurrió en 1229, en la Universidad de París. Todo comenzó con una riña en una taberna, pero terminó con estudiantes asesinados por guardias del rey Luis IX. La universidad respondió con una huelga que duró dos años.
En los años 30, estudiantes alemanes y extranjeros se enfrentaron al ascenso del nazismo. Cuando Hitler llegó al poder, surgieron las primeras protestas estudiantiles antifascistas, que no se dejaron intimidar por la violencia de sus adversarios.
La década de 1960 fue un parteaguas. Jóvenes de todo el mundo —desde París hasta Berkeley— tomaron las calles por derechos civiles, contra la guerra de Vietnam y por una transformación social profunda. En México, 1968 fue un año de despertar, pero también de tragedia. El movimiento estudiantil, que exigía democracia y libertad, fue brutalmente reprimido el 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Hasta hoy, no se conoce el número exacto de muertos.
En 1976, en Soweto, Sudáfrica, más de 20.000 estudiantes protestaron contra la imposición del afrikáans como lengua escolar. Exigían dignidad, educación justa, y el fin del apartheid. La represión fue brutal, pero la semilla ya estaba sembrada.
En 1989, la Revolución de Terciopelo en Checoslovaquia comenzó con estudiantes y terminó con la caída pacífica del régimen comunista. Ese mismo año, del otro lado del mundo, miles de jóvenes chinos ocuparon la Plaza de Tiananmén pidiendo reformas políticas. El gobierno respondió con tanques.
El eco climático de una adolescente
En 2019, una adolescente sueca de 16 años decidió sentarse cada viernes frente al Parlamento en Estocolmo. Su cartel decía: “Huelga escolar por el clima”. Greta Thunberg no tenía aliados políticos ni grandes recursos. Tenía urgencia. Su voz, pronto, se convirtió en un movimiento global: más de un millón de estudiantes en más de 100 países se sumaron a las huelgas climáticas.
Greta entendió —antes que muchos— que el reloj avanza. Que el 2030 no es una cifra abstracta, sino una fecha límite. Que si no se actúa ya, el colapso será irreversible.
Protestas por la detención de migrantes en Estados Unidos
En 2018, tras la implementación de la política de “tolerancia cero” en la frontera entre Estados Unidos y México, miles de niños migrantes fueron separados de sus familias y encerrados en centros de detención. La respuesta no se hizo esperar. Jóvenes activistas —muchos de ellos estudiantes y adolescentes hijos de migrantes— salieron a las calles en todo el país para denunciar esta política inhumana.
Las imágenes de menores enjaulados, cubiertos con mantas térmicas, recorrieron el mundo. En ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Washington D.C., se organizaron sentadas, vigilias y marchas bajo el lema “Families Belong Together”. Las universidades también se sumaron: hubo protestas en campus, ocupaciones de oficinas administrativas, e incluso campañas para romper vínculos con empresas que lucraban con centros de detención privados.
En muchas de estas manifestaciones, jóvenes latinos tomaron la palabra. Exigieron un alto a las deportaciones, denunciaron el racismo institucional y recordaron que ningún ser humano es ilegal. Su protesta no fue solo por solidaridad: era también una forma de proteger sus propias comunidades.
Hoy los jóvenes se unen a la tensión migratoria que alcanzó un punto crítico tras las redadas de Donald Trump en Los Ángeles, declarada 'ciudad santuario'.

El legado continúa
Desde París en el siglo XIII hasta Gaza en 2024, las protestas estudiantiles han marcado la historia. Lo que une todas estas luchas no es solo la juventud de quienes las protagonizan, sino su claridad moral. Su convicción de que otro mundo es posible. Su negativa a callar frente a la injusticia.
Y esa voz —a veces solitaria, a veces multitudinaria— sigue creciendo.
Porque silenciar a una generación es renunciar al futuro.
Anitzel Díaz
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