#AsíLasCosas A cuatro años del 3 de mayo: la tragedia que marcó a una ciudad
- anitzeld
- hace 1 día
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Actualizado: hace 3 horas
El 3 de mayo de 2021, la Ciudad de México despertó con una herida que sigue sin cerrar. Esa noche, un tramo elevado de la Línea 12 del Metro colapsó entre las estaciones Tezonco y Olivos, en la alcaldía Tláhuac. El saldo fue devastador: 26 personas murieron y más de 100 resultaron heridas. Lo que debía ser un medio seguro y cotidiano de transporte se convirtió en escenario de una de las tragedias urbanas más graves del país.
El accidente no fue un rayo en cielo despejado. La Línea 12, también conocida como la "Línea Dorada", nació con problemas. Inaugurada en 2012 con bombo y platillo, pronto empezaron las fallas: trenes incompatibles con la vía, cierres parciales por mantenimiento, denuncias ciudadanas que señalaban vibraciones inusuales. Todo estaba documentado. Y sin embargo, nadie actuó con la urgencia necesaria.
La noche del 3 de mayo, una estructura metálica cedió justo cuando pasaba un tren. Las imágenes recorrieron el mundo: vagones colgando en el aire, escombros sobre la avenida, familias buscando desesperadamente a sus seres queridos. La ciudad quedó en silencio. Las preguntas comenzaron a arder: ¿Quiénes eran los responsables? ¿Se pudo haber evitado?
En los días siguientes, se habló de mantenimiento deficiente, errores estructurales, falta de supervisión. Se prometieron peritajes, sanciones, justicia. Pero a tres años, la sensación de impunidad persiste. Algunos funcionarios fueron inhabilitados, otros simplemente cambiaron de cargo. Las víctimas y sus familias, mientras tanto, siguen esperando respuestas completas, indemnizaciones justas y, sobre todo, que algo así no vuelva a repetirse.
El colapso de la Línea 12 fue más que un fallo técnico: fue el resultado de años de negligencia, opacidad y desinterés por la seguridad pública. Cada 3 de mayo, recordarlo no es revivir el dolor, sino exigir memoria, verdad y responsabilidad.
Porque mientras una ciudad no aprenda de sus heridas, seguirá construyendo sobre estructuras que tambalean.
“Lo que no me deja dormir es que a mí me queda en el gobierno tres años, tres años y medio en realidad, dos años digamos, porque el último año es el cierre. En esos dos años, o sea, yo tengo que dejar una línea operando”, dijo Sheinbaum en la reunión del 28 de mayo del 2021.
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