La cocina popular mexicana: una celebración de identidad en "Santas Garnachas"
- anitzeld
- 27 abr
- 2 Min. de lectura
Actualizado: hace 4 días
La serie Santas Garnachas es mucho más que un recorrido gastronómico por los antojitos callejeros de México: es una celebración viva de la cultura popular, de esa cocina que nace del ingenio, del trabajo en comunidad y del amor profundo por nuestras raíces. A diferencia de muchas otras producciones que buscan exotizar o embellecer en exceso la comida mexicana, aquí son las voces de la gente común las que llevan la narrativa: cocineras y cocineros de a pie que han mantenido vivas las tradiciones a fuerza de maíz, sudor y alegría.
En Santas Garnachas, el maíz no es un simple ingrediente: es símbolo de resistencia, de vínculo ancestral con la tierra. Cada tlacoyo, cada quesadilla, cada garnacha que vemos en pantalla es un acto de memoria y de presente; una manera cotidiana y, a la vez, sagrada de habitar el mundo. Y no se trata sólo de técnicas o sabores, sino de la manera en que estas prácticas culinarias sostienen formas de vida familiares y colectivas, donde el trabajo no divide, sino que une.
Esta serie, también invita a mirar más allá de las etiquetas. ¿Qué es exactamente una garnacha? ¿Importa tanto la definición precisa? Más que encasillar, lo esencial es reconocer la riqueza y flexibilidad de nuestro lenguaje popular, el humor y la creatividad con que los pueblos han ido nombrando y reinventando sus alimentos. Es en esa apertura, en esa mezcla libre y lúdica, donde la cocina popular encuentra su fuerza.
Finalmente, Santas Garnachas también plantea, aunque sea de manera sutil, una crítica al elitismo que a veces invade la conversación sobre lo "auténtico" o lo "orgánico". En un mundo donde se encarece y se idealiza el acceso a productos "puros", las cocineras de barrio —muchas veces trabajando con maíz de sus propias milpas— nos recuerdan que la verdadera conexión con la tierra no necesita etiquetas de lujo, sino compromiso y continuidad.
En tiempos de cambios y amenazas a nuestras semillas nativas, la cocina popular mexicana sigue siendo un acto de resistencia, de alegría y de profunda dignidad. Santas Garnachas nos lo muestra de forma luminosa: en cada tortilla que se infla sobre el comal, en cada risa compartida al preguntar "¿con queso o sin queso?", sigue latiendo el corazón de un país entero.
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