#AsíLasCosas ¿Cómo son las madres mexicanas?
- anitzeld
- 9 may
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Actualizado: 10 may
Hasta el 2025, 7 de cada 10 mujeres mexicanas mayores de 15 años tuvieron al menos 1 hijo; representando un total de 72.4% del sector total de ese sector de la población.

A lo largo de la historia, las madres en México han tenido un papel fundamental en la educación y formación de sus hijos, así como en la construcción y mantenimiento del hogar.
En la actualidad, este rol ha evolucionado y se ha adaptado a las exigencias de la sociedad moderna. Las mamás de hoy tienen un reto cada vez más difícil, el de conciliar su vida profesional y personal. Y es que se espera que cumplan con sus responsabilidades laborales mientras mantienen la casa y cuidan de sus hijos.
En las familias compuestas por Papá, mamá y niños, los roles varían cuando la mamá trabaja. Es así como las mamás se encargan tanto de las labores del hogar como de los hijos, además de aportar ingresos.
Cuando la familia es del tipo Mamá sola e hijos, en general, las madres son las jefas de familia. Ellas estructuran su vida, tiempo, energía y recursos en función de los hijos.
Las mamás mexicanas siguen siendo las principales encargadas de laeducación y la socialización de sus hijos e hijas.
Aquí algunos datos sobre las mamás mexicanas:
Menos del 30% de las mujeres mexicanas en edad reproductiva no tienen hijos o no han decidido hacerlo aún, y que la gran mayoría de estas personas aún están optando por ejercer su maternidad.
Pero, los deseos de ejercer o posponer esta opción de la vida de una mujer, no es lo único que se ha transformado de forma drástica en nuestro país. Las madres mexicanas de hoy, han tomado diferentes caminos y viven realidades distintas que es necesario reconocer y visibilizar.
Más de la mitad de las mamás mexicanas ejercen esta parte de su vida de una manera diferente a la tradicional (mujer casada y con hijos), y únicamente 47% de ellas se encuentran casadas.
Cerca de 77% del total de las madres solteras en nuestro país tienen uno o dos hijos y prácticamente el mismo porcentaje de ellas participan activamente en diferentes sectores de nuestra economía, lo que se traduce en una gran cantidad de madres solteras que sostienen la economía familiar.
Aunque la mayoría de las mujeres que son madres en México, continúan ejerciendo su maternidad estando casadas, una mayor cantidad de mujeres lo hace de forma distinta, dando pie a una amplia diversidad en los tipos de familia en nuestro país.
En México, 15% de las mujeres en edad reproductiva que desean ser mamás, enfrentan problemas para concebir al intentarlo con sus parejas, pero muchas de ellas han logrado alcanzar su objetivo con ayuda de distintas técnicas de Reproducción Asistida.
Contrario a lo que algunas personas suelen pensar, las mujeres que deciden hacer todo lo que está en sus manos para ser mamás son tan diversas como la realidad misma. Algunas han enfrentado situaciones médicas complejas, y otras han optado por hacerlo sin pareja o con su pareja mujer.

Maternidad en el México prehispánico
En las civilizaciones mesoamericanas, el peligro al que se exponía una mujer durante el parto era comparado con lo que vivía un guerrero que luchaba por su pueblo; asimismo, su cuerpo y la capacidad de dar vida se equiparaba con el poder de fertilidad de la tierra.
La cosmovisión en torno a las cuevas y los cerros como elementos fundamentales en la mitología precolombina, las cuales se asociaban con las entradas a la tierra, en cuyo interior estaban las aguas primigenias y eran pensados como lugares de origen, aspecto que relacionaban con la matriz de las mujeres.
Un rubro no menos importante para las madres era la lactancia, respecto a ella, la antropóloga indica que, en varias figurillas del Posclásico se ve a los recién nacidos acomodados en la espalda o la cadera de la madre, o enfrente de ella, para tener acceso directo al pecho.
Para los nahuas precolombinos el busto carecía de significado sensual y su único fin era el de amamantar. Al momento del destete, los niños eran instruidos por el padre en tareas propias de su género; y las niñas comenzaban un proceso educativo a cargo de sus progenitoras, el cual incluía las actividades de preparación para la maternidad, como el cuidado de la casa y los niños.
INAH
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Anitzel Díaz
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