CSP: quiénes son y por qué se perfila como único partido nacional de las 88 organizaciones registradas para 2026
- anitzeld
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Construyendo Solidaridad y Paz (CSP): el nuevo actor conservador que avanza en el tablero político mexicano
Construyendo Solidaridad y Paz (CSP) se ha convertido en la organización civil que más atención ha ganado dentro del proceso para obtener registro como partido político nacional rumbo a las próximas elecciones en México. De las 88 agrupaciones que notificaron su intención ante el Instituto Nacional Electoral (INE), CSP se ubica entre las únicas que han logrado avances significativos en la verificación de requisitos, lo que la perfila como posible nuevo jugador en el panorama partidista del país.
El proyecto nace de la asociación Construyendo Sociedades de Paz A.C., cuyos dirigentes se han propuesto consolidar una fuerza nacional con identidad propia. En la dirigencia destacan Armando González Escoto y Edith Carolina Anda González, señalados como los principales responsables de la organización que impulsa la construcción de CSP.
Su avance dentro del proceso electoral no es menor: reportaron la realización de más de 200 asambleas distritales, con actividades concluidas en al menos 12 estados del país, además de superar los 116 mil afiliados. Sin embargo, para obtener el registro, aún les resta alcanzar la cifra legal de afiliaciones equivalentes al 0.26% de la lista nominal, así como celebrar una asamblea nacional constitutiva.
La identidad ideológica de CSP se vincula estrechamente con movimientos conservadores del país. Medios nacionales la identifican con grupos provida que han buscado consolidar presencia institucional desde hace varios años dentro del sistema de partidos.
Esa orientación ha alimentado análisis sobre la continuidad de estructuras políticas que ya operaban en el país. CSP está relacionada en la prensa con figuras del desaparecido Partido Encuentro Social (PES) y del Partido Encuentro Solidario, que perdieron su registro en procesos electorales previos.
Los avances de esta organización también han generado lecturas polémicas. La coincidencia entre las siglas CSP y las iniciales de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo provocó interpretaciones que sugerían un vínculo político o un intento de crear un partido satélite. La propia mandataria salió públicamente a rechazar cualquier relación con el proyecto y afirmó que quienes buscan usar su nombre para impulsar nuevos partidos “están equivocados”.
Analistas han señalado que CSP se beneficia de estructuras territoriales previamente armadas, lo que explicaría la rapidez con la que logró sus asambleas. Se interpreta su irrupción como parte de una fragmentación del sistema de partidos o de un reacomodo de las fuerzas conservadoras en el país. En estas lecturas aún persiste la duda de si el proyecto representa una propuesta realmente nueva o más bien una reconfiguración de actores ya conocidos en la política reciente.
CSP se posiciona así en un lugar estratégico: lo suficientemente institucionalizada para competir por el registro nacional y lo bastante polémica como para generar conversación pública. Su desenlace podría modificar la oferta electoral de 2027 y las alianzas políticas que hoy parecen definidas. Si consigue el reconocimiento como partido, su presencia obligará a los actores actuales a negociar un nuevo equilibrio y a mirar con atención el voto conservador que CSP busca representar.








