Cómo la IA puede despertar el interés de quienes aún dudan del cambio climático
- anitzeld
- hace 6 días
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Llegar con información confiable a los escépticos del cambio climático sigue siendo un desafío, en parte porque tienden a evitar contenidos que cuestionan sus creencias. Sin embargo, una nueva investigación muestra que la inteligencia artificial generativa podría ser una herramienta útil. Al adaptar sutilmente los titulares de los artículos sobre el clima, los textos logran resonar más con las perspectivas de los escépticos. El resultado: las personas con posturas escépticas se mostraron más dispuestas a interactuar con noticias sobre cambio climático, y sus opiniones se acercaron más al consenso científico después de leerlas.

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Tilburg (Países Bajos) y la Universidad de Toulouse (Francia), buscó responder una pregunta clave: ¿cómo romper la barrera de la evasión informativa y aumentar el interés de los escépticos por las noticias sobre el clima? Los investigadores advierten que reducir la difusión de información falsa no basta. Estudios previos ya habían demostrado que una menor exposición a datos erróneos no hace que las personas busquen fuentes más confiables por iniciativa propia. Tampoco funciona demasiado presentar las noticias desde distintos enfoques —medioambiental, de salud pública, seguridad nacional, economía o moral—. Por eso, el equipo propuso un nuevo método que sí logra captar la atención de los escépticos. Los resultados fueron publicados en la revista Nature Climate Change.
Titulares adaptados
En un experimento con un entorno simulado de redes sociales y 2,000 participantes escépticos, se utilizó un modelo de lenguaje de IA para reescribir titulares de noticias sobre el clima. Los cambios buscaban reducir la resistencia, la decepción o las emociones negativas. Algunos ejemplos:
Titular original: Los alimentos que revierten el cambio climáticoTitular editado: Agricultura de precisión y edición genética: ¿el futuro de la producción alimentaria?
Titular original: Las turbulencias aéreas empeoran con el cambio climático. ¿Podrían ayudar las aves?Titular editado: Las aves podrían tener la clave para predecir las turbulencias.
Este enfoque resultó eficaz: los titulares modificados generaron más marcadores, reacciones positivas y disposición a leer. Los efectos fueron más notorios entre los participantes más escépticos. Al finalizar el estudio, sus posturas se habían acercado significativamente al consenso científico.
La IA como aliada del conocimiento
Los resultados demuestran que la inteligencia artificial generativa puede influir en el tipo de información que los escépticos consumen y cómo la interpretan. Según los autores, fomentar una interacción más constante y a largo plazo con este grupo podría contribuir a fortalecer la base social de conocimiento científico.
“Esta investigación muestra que la IA no solo implica riesgos, sino también oportunidades. Cuando se usa de manera responsable y por actores confiables, puede ayudar a mejorar la comprensión pública y la confianza en la ciencia”, explicó Bence Bagó, investigador de la Universidad de Tilburg.
Un ejemplo concreto: IA para limpiar los residuos
Más allá de los medios y la comunicación, la inteligencia artificial también está transformando la gestión ambiental. Un caso reciente es Lion Vision, una empresa que desarrolló un sistema que combina visión artificial y aprendizaje automático para detectar, visualizar y eliminar baterías de iones de litio y otros elementos peligrosos del flujo de residuos.
El sistema puede analizar más de medio millón de imágenes en 24 horas y detectar más de 600 baterías cilíndricas por hora. Actualmente opera en varios sitios del Reino Unido, como la planta SWEEEP en Kent, donde se procesan 100 toneladas diarias de residuos eléctricos y electrónicos, entre los cuales la IA identifica más de 4,500 baterías cada día.
Además, el sistema puede ser programado para reconocer más de 40 subtipos de baterías y otros objetos peligrosos —como vaporizadores—, ayudando a prevenir incendios y a mantener limpios los residuos orgánicos que después se convierten en compost. Esto cobra aún más relevancia ante las nuevas normas europeas que, desde mayo de 2024, establecen límites más estrictos: si los residuos contienen más del 3% de materiales ajenos como plástico o metal, las plantas de compostaje pueden rechazarlos.
Así, tanto en los vertederos como en los titulares, la inteligencia artificial comienza a demostrar su potencial para mejorar la relación entre tecnología, medio ambiente y sociedad.