#AsíLasCosas El estira y afloja del Tren Maya
- anitzeld
- 27 abr
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Inversión inicial de 25.000 millones de pesos para que el Tren Maya sea también de carga
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, inauguró este sábado las obras para que el Tren Maya sea también de carga, transporte mercancía y afiance al sureste de México como un polo industrial con una inversión inicial de 25.000 millones de pesos (unos 1.250 millones de dólares).
La mandataria también anunció una inversión de más de 12.000 millones de pesos (unos 600 millones de dólares) para ampliar el puerto Progreso del estado de Yucatán, en el Atlántico, «para atraer nuevas inversiones y facilitar la exportación».
El ferrocarril también se conectará con el tren del Corredor Interocéanico, otro proyecto de López Obrador que une mediante un tren y un corredor industrial el Pacífico con el Atlántico, con el que México busca ofrecer una alternativa al Canal de Panamá.

El Gobierno reconoció, cinco años después, los daños ecológicos por la construcción del Tren Maya
Cinco años después del inicio del Tren Maya, la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) reconoció los daños ecológicos causados por la obra en la Península de Yucatán. La titular, Alicia Bárcena, anunció un plan de restauración integral que incluirá reforestación, retiro de mallas innecesarias, mejora de pasos para fauna, restauración de manglares y protección del sistema de cavernas y cenotes en Quintana Roo. Todavía no se han definido fechas ni presupuestos.
Marina Robles, subsecretaria de Biodiversidad, afirmó que los constructores deberán cubrir los costos de la restauración. El colectivo ambiental Sélvame del Tren valoró el reconocimiento oficial, pero advirtió que seguirán presionando para que las acciones de recuperación sean reales y efectivas. A pesar de suspensiones legales previas y denuncias de impacto ambiental, la construcción continuó, y solo ahora las autoridades admiten el daño causado.
El tramo 5 Sur del Tren Maya, que conecta Playa del Carmen con Tulum, fue inaugurado y puesto en operación en septiembre de 2024. A pesar de enfrentar múltiples desafíos legales y ambientales durante su construcción, el presidente Andrés Manuel López Obrador y la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, encabezaron su inauguración. Esto a pesar de que el grupo de hacktivistas autodenominado Guacamaya reveló documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), entre ellos se encuentra uno relacionado a análisis geológicos del Tramo 5 del Tren Maya que indican potencial riesgo de colapso.
Supuestamente, los análisis que indican que la zona es considerada con “peligro alto a severo” por “hundimiento e inundación” debido a los cenotes, fue entregada al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) desde abril del 2020.
Baja afluencia de pasajeros
En su primer año de operación, el Tren Maya transportó aproximadamente 1.65 millones de pasajeros, alcanzando solo el 19% de la meta anual de tres millones de usuarios. Esto equivale a un promedio diario de 1,650 pasajeros, muy por debajo de los 8,200 previstos.
Financieramente, el Tren Maya ha generado ingresos por 299.8 millones de pesos en su primer año, principalmente por la venta de boletos. Sin embargo, recibió subsidios federales por más de 12,867 millones de pesos para cubrir sus operaciones y concluir obras pendientes.
Esto significa que por cada 100 pesos recaudados, se gastaron aproximadamente 700 pesos en operación y mantenimiento.
Además, el costo total del proyecto se ha elevado significativamente. El presupuesto inicial era de 197 mil millones de pesos, pero al cierre de 2024 se estimó un gasto acumulado de 544 mil millones, es decir, 347 mil millones de pesos adicionales.
Han sido muchas más las voces en contra del proyecto del Tren Maya que a favor.
En marzo del 2024 once ambientalistas de Greenpeace se encadenaron a las máquinas que trabajaban en el megaproyecto bandera del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Aleira Lara, directora de Campañas de la ONG, sostiene que han tumbado cerca de 30 kilómetros de largo dentro de la Selva Maya, aunque las autoridades federales hablan de reubicación y no de tala de árboles. Encadenados a las retroexcavadoras. Así, activistas de Greenpeace pararon durante 12 horas las operaciones del Tren Maya en el estado mexicano de Quintana Roo, en la península de Yucatán.
“Construir el Tren Maya va a ser un desastre ecológico”, declaró el artista plástico Francisco Toledo en una entrevista con el periódico La Jornada, publicada el 6 de febrero de 2019. En ella reiteró su petición al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador de hacer valer el derecho de las comunidades indígenas de las regiones afectadas, para otorgar o negar su consentimiento.
En noviembre de 2018 firmó un desplegado, el cual suscribieron decenas de académicos e incluso instituciones como la Facultad de Ciencias de la UNAM. Más aún, en el documento aparecían los nombres de personajes como Jesús Robles, quien después ocupara un cargo en la SFP durante la gestión de Irma Eréndira Sandoval; Carlos Fazio, articulista de La Jornada ; la actriz Ana Francis Mor, actual diputada por Morena en el Congreso de la Ciudad de México y el actor Héctor Bonilla, quien abiertamente ha expresado su simpatía por López Obrador.
Expresaron su preocupación no únicamente por el Tren Maya, sino por el Corredor Comercial y Ferroviario del Istmo de Tehuantepec e hicieron un llamado a que no se realizaran dichos proyectos sin los estudios ambientales necesarios y sin garantizar el respeto a las reservas naturales y el patrimonio histórico del país.
Tren Maya
El megaproyecto es uno de los programas más destacados de la administración de Andrés Manuel López Obrador. Su apuesta es construir más de 1.554 kilómetros de ferrocarril en cinco estados del sureste, que han sido de los más pobres del país. Estos son Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
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