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CDMX, la capital de los baches: dinero hay, soluciones no

  • anitzeld
  • hace 2 días
  • 3 Min. de lectura

“Se coloca mezcla asfáltica sin compactación adecuada… el material se va a separar” rápidamente, especialmente durante lluvias intensas" Paul Garnica


#CDMX entre #baches, hoyos y socavones: cuando conducir se vuelve una odisea…


Redes sociales
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Las lluvias de este verano volvieron a sacar a flote una realidad que todo conductor, ciclista o peatón en la Ciudad de México conoce de memoria: las calles están llenas de baches. La capital, con un presupuesto histórico en infraestructura para 2025 —más de 291 mil millones de pesos—, parece no poder resolver el problema más básico de movilidad urbana.


La pregunta que se hacen los ciudadanos es simple: ¿dónde quedó la inversión?

Un presupuesto millonario que no se refleja en el pavimento


Este año, el Congreso capitalino aprobó un presupuesto de egresos de 291,525 millones de pesos, de los cuales al menos 13,500 millones están destinados a obras públicas e infraestructura urbana.


Además, el gobierno de Clara Brugada anunció en agosto un Plan Integral de Mantenimiento de la Carpeta Asfáltica, con una bolsa adicional de 2,250 millones de pesos para repavimentar 1,250 kilómetros en 217 vialidades primarias.

A eso se suma el Mega Bachetón 2025, que en teoría debía reparar 183,000 baches en 120 días. La meta oficial se “superó”: se contabilizan 173,711 baches atendidos.

Sin embargo, los números contrastan con la percepción ciudadana: las calles siguen destrozadas.


Baches por alcaldía: la geografía del abandono


Los datos del SUAC (Sistema Unificado de Atención Ciudadana) muestran que de enero a julio de 2025 se registraron 15,122 denuncias por baches.

  • Gustavo A. Madero encabeza la lista con 2,259 reportes; solo el 62.7% fueron atendidos, dejando sin resolver más de un tercio.

  • Xochimilco recibió 472 denuncias en el primer trimestre: apenas el 11% fueron atendidas.

  • Álvaro Obregón acumula 876 quejas; el 55% siguen sin respuesta.

  • Cuauhtémoc, con más de 18 millones invertidos, logró atender apenas el 41.8% de los reportes.


En contraste, Tlalpan presume haber reparado 101,075 m² de vialidades en 2024, la cifra más alta entre las alcaldías.


El mapa muestra una ciudad fragmentada: mientras algunas demarcaciones sí ejecutan recursos, otras quedan prácticamente paralizadas.


La lógica del parche


Ingenieros en infraestructura advierten que el problema no es la falta de dinero, sino la forma en que se gasta. El bacheo rápido —verter mezcla asfáltica en un hoyo sin compactación ni sellado adecuado— funciona como un parche temporal, condenado a desaparecer en la siguiente lluvia.


El mantenimiento reactivo, basado en denuncias ciudadanas, tampoco resuelve. De hecho, entre el 15 de mayo y finales de julio, en plena temporada de lluvias, se presentaron 12,558 solicitudes, pero solo el 25% fueron atendidas: más de 9,300 baches se quedaron sin reparación.


El resultado es visible: una ciudad que gasta miles de millones cada año en tapar agujeros que reaparecen al cabo de semanas.



Consecuencias: del gasto público al costo social


El deterioro del asfalto no es solo una molestia. Provoca:

  • Daños a automóviles: llantas ponchadas, suspensiones rotas, reparaciones costosas.

  • Accidentes de tránsito y caídas de ciclistas o peatones, con lesiones de por medio.

  • Pérdida de productividad, por traslados más lentos en calles destrozadas.

  • Desgaste ciudadano, reflejado en un aumento de denuncias y quejas en redes sociales.


La paradoja es brutal: mientras se invierten miles de millones en bacheo y repavimentación, los ciudadanos perciben que la ciudad nunca había estado tan descuidada.



¿Qué falta? Propuestas para un cambio de fondo


  1. Repavimentación estructural y no solo bacheo superficial.

  2. Planeación fuera de temporada de lluvias: reparar antes de que el agua erosione el asfalto.

  3. Supervisión técnica independiente sobre materiales, compactación y durabilidad.

  4. Transparencia por alcaldía: cuántos baches se reportan, cuántos se atienden y con qué recursos.

  5. Menos dependencia de denuncias ciudadanas y más monitoreo preventivo de vialidades.


La CDMX no carece de presupuesto, ni de cuadrillas, ni de planes espectaculares con nombres atractivos como Mega Bachetón o Bachetel. Lo que falta es una política de infraestructura que priorice la calidad y la prevención sobre la inmediatez y la estadística.


Hoy la capital gasta más en tapar agujeros una y otra vez que en repavimentar con visión de largo plazo. Y mientras la administración se concentra en anunciar cifras récord, los ciudadanos siguen esquivando baches.



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