#AsíLasCosas ¿Qué pasa con el agua en la frontera México - Estados Unidos?
- anitzeld
- 11 abr
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Actualizado: 11 abr
Cuando parecía avanzar el diálogo entre México y Estados Unidos en materia comercial, un nuevo frente de tensión se agudiza en la relación bilateral: el reparto de agua en la frontera. El presidente estadounidense Donald Trump elevó el tono este jueves al amenazar con aranceles y sanciones si México no cumple con el pago del agua que adeuda a Texas, conforme al tratado de 1944 que regula el uso compartido de tres cuencas hidrográficas.
El tema del agua en la frontera entre México y Estados Unidos es complejo y está profundamente vinculado a acuerdos binacionales, tensiones por sequías cada vez más severas y la gestión compartida de ríos clave como el Río Bravo (también conocido como Río Grande) y el río Colorado.
Uno de los pilares de esta relación hídrica es el Tratado de 1944, un acuerdo internacional que regula cómo se reparten las aguas entre ambos países. En este tratado se establece que Estados Unidos debe entregar a México 1,850 millones de metros cúbicos de agua anualmente del río Colorado, mientras que México, por su parte, debe entregar a Estados Unidos 2,158 millones de metros cúbicos del Río Bravo en ciclos de cinco años. La supervisión y cumplimiento de estos compromisos recae en la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), un organismo binacional creado específicamente para este fin.
Sin embargo, las condiciones climáticas han puesto a prueba este acuerdo histórico. En los últimos años, la sequía ha complicado seriamente el cumplimiento del tratado, sobre todo en territorio mexicano. Estados como Chihuahua, que dependen del río Conchos para abastecer de agua al Río Bravo, han enfrentado una creciente presión para liberar el recurso hacia el norte, lo que ha provocado malestar social e incluso violencia. En 2020, los temores de perder el agua necesaria para el riego agrícola derivaron en enfrentamientos armados entre agricultores y la Guardia Nacional en la presa La Boquilla, en uno de los episodios más tensos registrados hasta ahora.
Actualmente, México enfrenta un importante retraso en el cumplimiento del ciclo vigente del tratado (2020-2025). De no cumplir con el volumen estipulado, el país podría enfrentar sanciones diplomáticas o, incluso, afectaciones en el suministro de agua que recibe del río Colorado. Mientras tanto, Estados Unidos —y en particular el estado de Texas— ha intensificado su presión política, exigiendo que se respete el acuerdo en su totalidad. La situación es aún más complicada porque México atraviesa su propia crisis hídrica, con presas en niveles críticos y cortes de agua en múltiples ciudades.
La tensión se incrementó aún más cuando, el mes pasado, Washington detuvo ciertos envíos de agua hacia Tijuana. Ahora, Trump ha puesto nuevamente sobre la mesa la posibilidad de imponer gravámenes comerciales si no se regulariza el flujo hídrico. Desde el lado mexicano, la presidenta Claudia Sheinbaum ha asegurado que su administración está comprometida con el cumplimiento del tratado y que el pago del agua se realizará “poco a poco”. Aun así, el país enfrenta su propia crisis interna, con niveles críticos en las presas del norte y cortes de agua en varias ciudades importantes.
Ríos involucrados en el conflicto del agua entre México y Estados Unidos:
El Río Bravo (Río Grande), que forma gran parte de la frontera entre ambos países.
El río Conchos, que es el principal afluente mexicano del Río Bravo.
El río Colorado, que nace en EE.UU. y fluye hacia el norte de México, abasteciendo principalmente a Baja California.
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