#AsíLasCosas ¿Qué pasa con el agua en la frontera México - Estados Unidos?
- anitzeld
- hace 2 horas
- 3 Min. de lectura
El Gobierno de México informó que alcanzó un acuerdo con Estados Unidos en el marco del Tratado de Aguas bilateral, un entendimiento que busca desactivar la amenaza de un arancel de 5 % lanzada por Donald Trump. El pacto implica que México libere 249.163 millones de metros cúbicos de agua a partir de mediados de diciembre y antes del 31 de enero de 2026, en un contexto marcado más por la presión comercial que por una gestión sostenible del recurso. Aunque ambos gobiernos apelaron al cumplimiento del Tratado de 1944 y al impacto en las comunidades fronterizas, el acuerdo deja ver cómo un compromiso histórico se reactiva no por cooperación hídrica, sino por la amenaza de sanciones económicas.
El incumplimiento acumulado asciende a casi mil millones de metros cúbicos de agua en los últimos cinco años y que Trump fijó el 31 de diciembre como fecha límite para que se entregase una cuarta parte de esa cantidad. El artículo también recuerda que este tratado se firmó cuando el agua no era un recurso tan escaso y que actualmente su escasez afecta tanto a productores agrícolas en Texas como a estados mexicanos dependientes del agua del Colorado. La pieza refleja la tensión bilateral y cómo la escasez hídrica puede convertirse en un instrumento de presión económica y política.
El tema del agua en la frontera entre México y Estados Unidos es complejo y está profundamente vinculado a acuerdos binacionales, tensiones por sequías cada vez más severas y la gestión compartida de ríos clave como el Río Bravo (también conocido como Río Grande) y el río Colorado.
Uno de los pilares de esta relación hídrica es el Tratado de 1944, un acuerdo internacional que regula cómo se reparten las aguas entre ambos países. En este tratado se establece que Estados Unidos debe entregar a México 1,850 millones de metros cúbicos de agua anualmente del río Colorado, mientras que México, por su parte, debe entregar a Estados Unidos 2,158 millones de metros cúbicos del Río Bravo en ciclos de cinco años. La supervisión y cumplimiento de estos compromisos recae en la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), un organismo binacional creado específicamente para este fin.
Sin embargo, las condiciones climáticas han puesto a prueba este acuerdo histórico. En los últimos años, la sequía ha complicado seriamente el cumplimiento del tratado, sobre todo en territorio mexicano. Estados como Chihuahua, que dependen del río Conchos para abastecer de agua al Río Bravo, han enfrentado una creciente presión para liberar el recurso hacia el norte, lo que ha provocado malestar social e incluso violencia. En 2020, los temores de perder el agua necesaria para el riego agrícola derivaron en enfrentamientos armados entre agricultores y la Guardia Nacional en la presa La Boquilla, en uno de los episodios más tensos registrados hasta ahora.
Actualmente, México enfrenta un importante retraso en el cumplimiento del ciclo vigente del tratado (2020-2025). De no cumplir con el volumen estipulado, el país podría enfrentar sanciones diplomáticas o, incluso, afectaciones en el suministro de agua que recibe del río Colorado. Mientras tanto, Estados Unidos —y en particular el estado de Texas— ha intensificado su presión política, exigiendo que se respete el acuerdo en su totalidad. La situación es aún más complicada porque México atraviesa su propia crisis hídrica, con presas en niveles críticos y cortes de agua en múltiples ciudades.La tensión se incrementó aún más cuando, el mes pasado, Washington detuvo ciertos envíos de agua hacia Tijuana. Ahora, Trump ha puesto nuevamente sobre la mesa la posibilidad de imponer gravámenes comerciales si no se regulariza el flujo hídrico. Desde el lado mexicano, la presidenta Claudia Sheinbaum ha asegurado que su administración está comprometida con el cumplimiento del tratado y que el pago del agua se realizará “poco a poco”. Aun así, el país enfrenta su propia crisis interna, con niveles críticos en las presas del norte y cortes de agua en varias ciudades importantes.
Ríos involucrados en el conflicto del agua entre México y Estados Unidos:
El Río Bravo (Río Grande), que forma gran parte de la frontera entre ambos países.
El río Conchos, que es el principal afluente mexicano del Río Bravo.
El río Colorado, que nace en EE.UU. y fluye hacia el norte de México, abasteciendo principalmente a Baja California.








