Fosfo, fosfo ¿qué pasó con Samuel y Mariana?
- anitzeld
- 14 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 jul
De las redes al tropiezo: el desencanto con Samuel García y Mariana Rodríguez en Nuevo León

Cuando Samuel García ganó la gubernatura de Nuevo León en 2021 con apenas 33 años, lo hizo sobre una ola de popularidad sin precedentes. Él, un político joven y carismático con discurso fresco; ella, Mariana Rodríguez, influencer con millones de seguidores y habilidad probada para conectar con audiencias. Juntos representaban una nueva generación que prometía renovar la política. Pero cuatro años después, la narrativa cambió.
Hoy, el gobierno de Samuel García acumula más tropiezos que aciertos. Promesas incumplidas, salidas precipitadas y una creciente percepción de frivolidad han desgastado la imagen del llamado “nuevo nuevoleonés”. Su fugaz precandidatura presidencial en 2023 –que lo llevó a pedir licencia al cargo por apenas 10 días antes de regresar presionado por la falta de respaldo político– marcó un punto de inflexión. Aquel episodio no solo evidenció su falta de estructura nacional, sino también desató críticas por anteponer sus aspiraciones personales a la estabilidad del estado.
El espejismo de la gigafábrica de Tesla: En 2023 se anunció que Tesla planeaba una gigafábrica en Santa Catarina, lo que representaría una inversión multimillonaria. Sin embargo, Elon Musk pausó el proyecto hasta después de las elecciones en EE. UU. por el riesgo de aranceles y la incertidumbre política.En paralelo, Mariana Rodríguez pasó de ser una figura clave del "branding" político del gobierno, con iniciativas como la oficina "Amar a Nuevo León", a enfrentar acusaciones por usar su visibilidad para promover acciones asistencialistas sin resultados estructurales. Su exposición constante en redes, antes vista como aliada estratégica, comenzó a generar ruido. Algunos sectores de la ciudadanía y expertos en políticas públicas cuestionaron si la pareja gobernante estaba más enfocada en la imagen que en la gestión.
Los problemas no tardaron en acumularse: escasez de agua, crisis ambiental, violencia en aumento y una relación ambigua con el empresariado regiomontano. Aunque hubo avances en movilidad y se reconocen esfuerzos en materia digital, la percepción general es que la administración perdió dirección.
Analistas coinciden en que Samuel García y Mariana Rodríguez supieron leer el momento político en 2021, pero no lograron traducir el capital simbólico de las redes en gobernabilidad efectiva. Su historia se volvió ejemplo de lo difícil que es mantener el encanto cuando la política sale del algoritmo y entra en la realidad.




















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