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#AsíLasCosas Mujeres en el poder en América Latina: un avance visible con raíces machistas persistentes

  • anitzeld
  • hace 6 días
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: hace 4 días

 A cien días del inicio del mandato de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, los reflectores vuelven a dirigirse hacia el papel de las mujeres en el poder político en América Latina. El periódico suizo Neue Zürcher Zeitung (NZZ) publicó esta semana un reportaje que analiza el avance femenino en la región, al tiempo que advierte sobre las profundas resistencias culturales que aún persisten.


El texto, firmado por la periodista Sara Meyer, destaca el aumento de figuras femeninas en la vida pública: presidentas, ministras, diputadas y liderazgos sociales que en otros tiempos parecían inalcanzables. Sin embargo, Meyer sostiene que este progreso convive con una realidad menos visible, pero igual de poderosa: el machismo sigue presente, adaptado y resiliente.


"El sistema patriarcal no ha desaparecido; ha aprendido a camuflarse", señala Meyer. Según el reportaje, los logros institucionales –como la creación de ministerios de igualdad o leyes paritarias– contrastan con estructuras sociales que continúan relegando a las mujeres a roles secundarios, especialmente en sectores rurales y populares donde el acceso a derechos es más limitado.

Mujeres al frente del poder


Además de Sheinbaum, la región cuenta con otras mujeres que ocupan altos cargos de decisión. En Honduras, la presidenta Xiomara Castro ha promovido reformas sociales y la apertura al aborto terapéutico —una promesa histórica en un país con una de las legislaciones más restrictivas de la región—. Sin embargo, su mandato también ha sido criticado por una creciente concentración de poder en el Ejecutivo y por su cercanía con sectores conservadores en temas económicos.


En Perú, Dina Boluarte se convirtió en la primera mujer presidenta tras la destitución de Pedro Castillo. Aunque su ascenso fue recibido como un hito, su gestión ha sido cuestionada por la represión de protestas sociales y una percepción de falta de legitimidad, especialmente en regiones andinas.


En Argentina, la ministra de Economía Silvina Batakis, una de las figuras visibles del actual gabinete, ha impulsado medidas de estabilización macroeconómica en un contexto inflacionario complejo. Si bien ha recibido elogios por su manejo técnico, también ha sido criticada por mantener políticas de ajuste que afectan con mayor fuerza a mujeres y sectores vulnerables.


Incluso en países sin presidentas, hay avances notables. En Chile, la expresidenta Michelle Bachelet sigue teniendo peso como figura internacional en derechos humanos, mientras que la actual ministra de la Mujer, Antonia Orellana, lidera políticas con enfoque interseccional, aunque ha enfrentado resistencia por parte de sectores más conservadores.


El análisis de NZZ expone también cómo el machismo se infiltra en distintos niveles de la vida cotidiana, desde las letras del reguetón hasta los valores que se enseñan en casa. Incluso entre mujeres con educación universitaria y empleos formales, persisten barreras invisibles que castigan la ambición o la autoridad femenina.


En este contexto, el medio sugiere que el verdadero cambio no llegará por vía de rupturas drásticas, sino a través de una transformación social más profunda, que dialogue con las realidades locales y reconozca las complejidades culturales de la región.


A pesar del simbolismo que representa la presidencia de Sheinbaum –la primera mujer en encabezar el gobierno mexicano– el panorama retratado recuerda que la igualdad de género no se mide solo en cifras, sino también en las batallas que aún se libran en los hogares, las calles y los pasillos del poder.

Porque la realidad supera a la ficción... sigue leyendo.

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