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Los siete actos de misericordia

  • anitzeld
  • 3 oct
  • 4 Min. de lectura
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“El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma.”Arthur Miller

(Escrito durante la pandemia). Anitzel Díaz


En la pantalla, un muchacho demacrado mira desesperado a la cámara y grita: “¡Esta es mi casa! ¡Es mía!”. La siguiente escena muestra un foco manchado de sangre, un bate de béisbol tirado. Después, una toma cerrada de un cuadro de Caravaggio: dar posada al necesitado es un acto de misericordia.


El teatro como reflexión contemporánea del pasado: dos momentos unidos por una pluma y un pincel. La modernidad ahogada en un grito de desesperación. La codicia ocupa toda la pantalla. El drama destila de una obra de arte. No como representación del destino, sino como destino de la representación. El personaje como espejo de la realidad.


En marzo de 2020, un grupo de 5º de bachillerato estaba por estrenar la obra Los siete actos de misericordia. Dos días antes, el país entró en confinamiento. Una obra que habían preparado durante seis meses quedó en suspenso. Hoy, más de un año después, próximos a graduarse y tras haber pasado su último año escolar encerrados, por fin pudimos verla. Los alumnos la grabaron, cada uno desde su propio espacio. Cada quien dio vida a su personaje. Monólogos acompañados de ecos, escenografías inventadas, búsquedas de música, obras de arte, edición y finalmente, el compartir del resultado.


Un mosaico de soledades que se integró en una gran pieza, como la de Caravaggio en la que se inspira la puesta en escena. Al final sumaron también los momentos compartidos en los ensayos: dirección, maquillaje, vestuario, tramoya, luces… El último instante es un grito silencioso que reverbera “Covid”.


Un acto de misericordia y esperanza es que, por fin, esto se termina: que recibirán una vacuna y podrán empezar a vislumbrar ese futuro que había quedado en pausa.


La obra

Ver Nápoles y después morir.

“Tienes que ser duro para ser amable. Eso es lo que he aprendido de ti, abuelo. Resistente, intrépido y fuerte. Así que eso es lo que voy a ser.”Mickey

La obra transcurre en dos tiempos. El primero: Nápoles, 1606. El propio Caravaggio trabaja en un retablo de gran formato mientras lucha con sus demonios. El segundo: la época actual, en Liverpool, Bootle. Un trabajador portuario jubilado está a punto de ser desalojado de la casa donde ha vivido toda su vida. Mientras su comunidad se desintegra, lo único que le queda —un libro de arte— se convierte en herramienta para abrir los ojos de su nieto Mickey a la vida que le toca enfrentar.


El cuadro que aparece en el libro es precisamente el que Caravaggio está pintando: Las siete obras de misericordia. Conforme avanza la obra, la creación del pintor se entrelaza con el recorrido de Mickey, que se sumerge en la belleza y tragedia de su comunidad mientras realiza, uno a uno, los actos de misericordia.

“La mejor manera de escribir una obra de teatro es, obviamente, tener una gran historia con buenos personajes, humor y un diálogo interesante. Todas las cosas que quieras decir se entienden mucho mejor así. La gente no solo quiere escuchar un mensaje, quiere entretenerse.”Anders Lustgarten, dramaturgo


El retablo


Hay que mirar largo rato el cuadro para descubrir a cada personaje. La luz, las sombras, la oscuridad, la paleta: todo en el gran retablo grita Caravaggio. Se siente la fuerza, la desesperación.


A la derecha, dos hombres trasladan un cadáver envuelto en un sudario. Uno ilumina la escena con una vela: es un sacerdote. El otro sostiene el cuerpo por los pies. Casi encima, una mujer amamanta con su pecho a un anciano entre rejas y dirige la mirada hacia un grupo de hombres. Uno está semidesnudo, dos dialogan, otro sostiene un manto y un último bebe. En la parte superior, la Virgen con el Niño aparece acompañada de dos querubines, uno a cada lado.

“Tiene una escala increíble, y fue la primera pintura que hizo después de haber matado a alguien. Fue un punto interesante en su carrera y el estilo es diferente: crudo, sombrío e intenso. La pintura es naturalmente dramática y usó modelos cotidianos con los que interactuaba y se conectaba. Una vez más, es un dispositivo de encuadre brillante: la idea de los siete actos modernos de misericordia que anima el corazón contemporáneo es una historia poderosa.”Anders Lustgarten, dramaturgo

El retablo es la pieza central del altar mayor de la iglesia Pio Monte della Misericordia, en Nápoles.


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Los autores


Caravaggio llegó a Nápoles el 6 de octubre de 1606, huyendo de Roma tras asesinar a Ranuccio Tomassoni en una disputa por un partido deportivo.

Genio atormentado, violento, homosexual… Artista que siempre luchó entre la luz y la oscuridad.


Anders Lustgarten, dramaturgo, activista político y exatleta profesional. Ha enseñado en el corredor de la muerte, fue arrestado por la policía secreta turca (de hecho, ha sido arrestado en cuatro continentes distintos por su activismo) y tiene un doctorado en política china por la Universidad de California.


Un acto de misericordia


La misericordia puede entenderse como la capacidad de ponerse en el lugar del otro, revivir en uno mismo sus emociones y, en particular, sufrir con sus padecimientos. Durante la pandemia fuimos testigos de que, a pesar de que parecía imponerse la indiferencia, la misericordia encontró un camino.


Ejemplos hubo muchos: donar sangre anónimamente; llamar todos los días a una persona que vive sola; enseñar a quien no sabía cómo manejar redes sociales.

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