Entre el atentado, Batman y Calderón: ¿es Harfuch el nuevo equilibrio político de la seguridad en México?

Omar García Harfuch, actual titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), se ha convertido en una figura central en la política mexicana, no solo por su historial en el combate al crimen organizado, sino por su capacidad de tender puentes entre sectores profundamente polarizados.

El atentado que casi le cuesta la vida en 2020 se convirtió en un escudo mediático, independientemente de las causas. En el sexenio anterior no pudo llegar al gobierno capitalino, por considerar que su perfil —asociado por sus detractores al modelo de seguridad de Genaro García Luna— desentonaba con su narrativa contra Calderón.

Desde que asumió el cargo a nivel federal —tras su paso como jefe de la policía capitalina—, Harfuch ha impulsado una estrategia de seguridad más técnica y operativa, centrada en inteligencia, despliegues tácticos y detenciones de alto perfil. Esto le ha valido reconocimiento incluso entre voces críticas del gobierno federal, lo cual es significativo en un entorno donde pocos funcionarios de la administración actual logran ese tipo de consenso.

El fenómeno Harfuch se explica en parte porque representa un perfil tecnócrata, pragmático y menos ideológico dentro de un gobierno cuyas decisiones administrativas están subordinadas al discurso político. Es visto como una figura “profesional” de la seguridad, no como un político tradicional, y eso ha permitido que reciba elogios de senadores de oposición, analistas cercanos a la derecha e incluso figuras mediáticas que suelen criticar duramente al gobierno.

Este respaldo transversal lo ha convertido, en la práctica, en un punto de encuentro entre quienes critican a Morena y quienes lo apoyan, al menos en materia de seguridad. También lo proyecta como una figura con potencial político más allá de su actual cargo, aunque él mismo ha intentado mantenerse alejado de las disputas partidistas. Sin embargo, su cercanía con la presidenta Claudia Sheinbaum y su rol estratégico lo mantienen en el centro del tablero político.

En el Senado, figuras de oposición como Clemente Castañeda (Movimiento Ciudadano) reconocieron el viraje:

"Esta estrategia, a diferencia de la anterior, tiene un enfoque más técnico, estructurado y aborda temas de muchísima relevancia para nosotros. Sí hay un cambio de timón", declaró.

Desde el PAN, Agustín Dorantes también se sumó a los reconocimientos:

“Hoy reconocemos un viraje con la fallida estrategia de abrazos, no balazos. Reconocemos su formación policial y la intención de fortalecer las capacidades civiles de inteligencia”.

Además, personajes públicos y exfuncionarios críticos del gobierno han elogiado a Harfuch. Ciro Gómez Leyva reconoció su eficacia al identificar al autor material del atentado en su contra. Felipe Calderón lo agradeció públicamente por rescatar a una conocida víctima de secuestro virtual. Incluso Diego Fernández de Cevallos lo calificó como “un hombre serio, coherente y eficaz”.

¿Ha funcionado la estrategia de seguridad de Harfuch?

• 15 % de reducción nacional en homicidios dolosos entre septiembre 2024 y marzo 2025.

• Más de 14,500 detenidos por delitos de alto impacto en seis meses.

• 125 toneladas de drogas decomisadas, incluyendo millones de dosis de fentanilo.

• 7,375 armas aseguradas y 475 laboratorios clandestinos desmantelados.

  
  

Casos regionales como Acapulco (-58 % homicidios), Culiacán (-35 %) o los operativos en la frontera norte refuerzan la narrativa de una estrategia más efectiva que la de sus antecesores.

Fuente: Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC)