Dubai chocolate: el dulce viral que mezcla TikTok, lujo y una región en tensión
- anitzeld
- 24 jun
- 4 Min. de lectura
Una barra de chocolate, dorada, rellena de pistaches y con una etiqueta que dice “Dubai” en letras brillantes. Así luce el nuevo objeto de deseo gastronómico que ha inundado TikTok, Instagram y hasta mercados de abarrotes en América Latina. Se le conoce como Dubai chocolate, y en apenas semanas se ha convertido en una tendencia global. Pero detrás del brillo comestible y el empaque ostentoso, esta moda refleja algo más complejo: la capacidad de las redes para imponer antojos globales, la fragilidad de las cadenas agrícolas… y un momento delicado en la imagen de Medio Oriente.
Un dulce viral
Todo comenzó como suelen empezar estas modas: con un video. En este caso, fue una food influencer de Medio Oriente quien probó una barra cubierta con hojas de oro comestible y rellena de crema de pistache. La describió como “el lujo de Dubai en un bocado”. A los pocos días, la etiqueta #DubaiChocolate tenía millones de vistas, y los revendedores comenzaron a ofrecer versiones similares en Estados Unidos, México y Europa.
La marca original es difícil de rastrear: no hay una sola empresa que lo fabrique, sino múltiples pastelerías de lujo, sobre todo en Emiratos Árabes Unidos, que comercializan el concepto. Esto ha dado pie a cientos de imitaciones, desde chocolates artesanales hasta productos industriales con empaque brillante y sabor artificial a pistache.
TikTok como termómetro del antojo
Más que un capricho aislado, el Dubai chocolate muestra cómo TikTok ha transformado el mundo de la comida. Ya no son chefs ni revistas gastronómicas quienes dictan qué se come, sino creadores de contenido que convierten alimentos en experiencias audiovisuales. Para que algo funcione, no basta que sea sabroso: debe ser aesthetic, dorado, digno de cámara lenta.
“La lógica de la viralidad exige que los productos sean visuales, fáciles de replicar y con una narrativa aspiracional”, explica Camila Córdova, especialista en comunicación digital y cultura alimentaria. “El chocolate con pistaches, envuelto en oro, cumple todos esos requisitos. Es lujo, Oriente Medio y dulzura en un solo reel”.
Más allá del brillo: raíces profundas
Para Chehab, la conexión es profunda.
"Cuando el bisabuelo de mi esposa, Muhieddine Samadi, fundó Al Samadi Sweets en Beirut en 1872, el knafeh fue uno de los primeros dulces que vendió", recuerda. "Crecí en Beirut. De niño, recuerdo tomar el famoso taxi compartido libanés a diario hasta Al Samadi Sweets, comprar un plato de knafeh para desayunar y comérmelo de camino a la tienda de mi padre".
Así, lo que para algunos es un antojo de moda, para otros es una extensión emocional de la infancia, de los lazos familiares y de una cocina profundamente arraigada en la vida diaria del mundo árabe.
Entre el lujo y la guerra: la nueva mirada sobre Dubai
Sin embargo, el contexto actual obliga a matizar el brillo. Mientras el chocolate de Dubai se viraliza, la región atraviesa uno de los momentos más dolorosos en décadas. La guerra en Gaza, los desplazamientos masivos, los bombardeos y las tensiones geopolíticas han reactivado una percepción global de Medio Oriente marcada por el conflicto. Y aunque Emiratos Árabes Unidos no está directamente involucrado, su imagen —y la de Dubai— ya no se perciben como ajenas al entorno.
Durante años, Dubai logró consolidarse como símbolo de modernidad, turismo de lujo y neutralidad regional. Pero hoy, esa narrativa se tensiona. En redes sociales circulan comentarios que contrastan el derroche dorado del chocolate viral con la devastación en Palestina o Yemen: ¿de qué sirve el oro en una barra de chocolate cuando hay niños bajo los escombros a solo unos países de distancia?
Algunos consumidores incluso cuestionan si el glamour que representa Dubai silencia o desvía la atención de los dramas humanos que ocurren en la misma región. Otros defienden su derecho a celebrar las expresiones culturales del mundo árabe sin quedar atrapados en una mirada reductora que lo asocie solo con tragedia.

Pistaches en crisis
A esta lectura geopolítica se suma una problemática ambiental. Los pistaches, ingrediente estrella del Dubai chocolate, están en crisis. Irán y Estados Unidos, los principales productores mundiales, reportan caídas de hasta 40% en sus cosechas por la sequía y el estrés hídrico. En California, las olas de calor han afectado la floración de los pistacheros, y en Irán, las sanciones económicas han limitado el acceso a insumos agrícolas.
Según la Organización Internacional de Frutos Secos, el precio del pistache ha subido casi 30% en lo que va del año. El aumento de la demanda, impulsado por modas como el helado de pistache, la crema para untar y ahora el chocolate de TikTok, presiona aún más a un cultivo que depende de agua, clima estable y paz.
¿Y ahora qué?
Como muchas modas alimenticias, es probable que el Dubai chocolate tenga una vida breve: lo justo para saturar el mercado y ser reemplazado por el próximo capricho viral. Pero esta barra de chocolate dorada deja más preguntas que respuestas: ¿puede un dulce ser símbolo de tradición y, a la vez, de evasión? ¿Qué dice de nosotros que sigamos compartiendo “lujo comestible” mientras Medio Oriente arde?
Hoy es chocolate. Mañana puede ser un queso con glitter o un pan con polvo de oro. Pero el fondo es el mismo: todo entra por los ojos. Y en tiempos de guerra, mirar sin contexto también es una forma de consumo.
Anitzel Díaz
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