#Resumen Alarma en las costas mexicanas: 84 ballenas grises muertas en lo que va de 2025
- anitzeld
- 18 abr
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Hasta la fecha, se han registrado 84 ballenas grises muertas en aguas mexicanas, superando ya la cifra total de decesos del año 2019, cuando se contabilizaron 83 ejemplares. Estos mamíferos marinos llegan cada año desde Alaska, recorriendo más de nueve mil kilómetros para aparearse y tener a sus crías en los santuarios del Pacífico mexicano.
La cifra de este 2025 enciende las alertas, ya que se aproxima peligrosamente a los 88 fallecimientos registrados en 2020, año en el que se alcanzó el punto más crítico del llamado Evento de Mortalidad Inusual (#UME). Aquel episodio dejó un saldo devastador: el 40% de la población de ballena gris del Este del Pacífico Norte desapareció, es decir, unas 690 ballenas.
Este nuevo repunte en las muertes de ballenas grises ha sido documentado por el Programa de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (@primma_uabcs), que monitorea año con año la presencia y el estado de salud de estas especies en su paso por México.
Las causas detrás de este fenómeno aún están bajo investigación, pero los expertos no descartan la influencia del cambio climático, la disminución de alimento en sus rutas migratorias, y otros factores ambientales que podrían estar debilitando a las ballenas en su largo trayecto.
¿Se repite la tragedia del 2020? Por ahora, la comunidad científica se mantiene en alerta.
Para disminuir las muertes de ballenas grises en México, se requiere un enfoque integral que aborde las principales amenazas a las que se enfrentan. Una de las medidas más importantes es reducir el enmallamiento en redes de pesca, mediante la capacitación de equipos especializados como los de la Red Nacional de Asistencia a Ballenas Enmalladas (RABEN), así como promover prácticas pesqueras responsables. También es esencial proteger sus hábitats críticos, especialmente en áreas como la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, donde se reproducen.
El turismo de avistamiento debe regularse cuidadosamente, siguiendo normas como la NOM-131-SEMARNAT-2010, que busca evitar el estrés en los animales durante etapas clave como el apareamiento o la crianza de crías. Además, el monitoreo y la ciencia ciudadana juegan un papel clave al involucrar a la comunidad en el seguimiento y la conservación de los cetáceos.
México también necesita fortalecer su legislación ambiental y continuar colaborando con acuerdos internacionales que protegen a la especie. Finalmente, la educación ambiental y la sensibilización del público son fundamentales para generar un compromiso social duradero con la protección de la ballena gris.
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