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Narrar la historia de México desde el género

  • anitzeld
  • 9 mar
  • 4 Min. de lectura

¿Cómo ha influido el género en la historia de México?Desde las sacerdotisas mexicas hasta las feministas del siglo XX, las mujeres y diversidades han sido clave en los procesos históricos. Este texto nos invita a mirar más allá de los relatos tradicionales y entender cómo el poder, la sexualidad y la resistencia han moldeado nuestra sociedad. ✨📖 #HistoriaConOtraMirada #GéneroYMemoria




La historia con otra mirada


Narrar la historia de México desde el género implica analizar el papel de mujeres, hombres y diversidades en los procesos históricos, destacando las relaciones de poder, los cambios en las normas de género y las luchas por la equidad.


Desde el México prehispánico, las sociedades indígenas establecieron roles diferenciados para mujeres y hombres. En la cosmovisión mexica, por ejemplo, las mujeres eran valoradas como dadoras de vida y se les vinculaba con la fertilidad, pero también con el sacrificio y la guerra en el caso de las mujeres que morían en el parto. Había sacerdotisas, comerciantes y gobernantes, aunque el poder político solía estar en manos masculinas.



“El género es un tema con grandes perspectivas. Crear una nueva historia significa cambiar estructuras y analizar este asunto desde el punto de vista cultural, no solamente biológico”, dijo durante la inauguración del ciclo José Alejandro Velázquez Montes, titular de la sede UNAM-Alemania.

Con la conquista española (1521), la imposición del patriarcado europeo redujo la autonomía de las mujeres indígenas y afrodescendientes. La evangelización reforzó modelos de feminidad basados en la obediencia y la pureza, encarnados en figuras como la Virgen de Guadalupe. Sin embargo, muchas mujeres participaron activamente en la resistencia, como Malintzin (Malinche), cuya historia ha sido interpretada de diversas maneras, desde traición hasta estrategia de supervivencia.


En el periodo virreinal (1521-1821), las mujeres indígenas y mestizas encontraron espacios de resistencia en conventos y redes de apoyo. Sor Juana Inés de la Cruz desafió las normas al reclamar el derecho de las mujeres al conocimiento. Mientras tanto, las esclavizadas africanas y las mujeres indígenas enfrentaron violencias múltiples, pero también fueron protagonistas en rebeliones y formas de resistencia cotidiana.


Durante la Independencia (1810-1821), mujeres como Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario y las "soldaderas" participaron activamente en el movimiento insurgente, aunque su reconocimiento histórico ha sido limitado. Tras la consumación de la independencia, el nuevo Estado mexicano mantuvo la exclusión política de las mujeres, aunque algunas, como Guadalupe Victoria de Villalpando, intentaron influir en la vida pública.


En el siglo XIX, las guerras y conflictos internos (Reforma, Intervención Francesa, Porfiriato) siguieron marginando a las mujeres de la esfera política, pero fortalecieron su presencia en la educación y la literatura. Durante la Revolución Mexicana (1910-1920), las soldaderas y activistas como Hermila Galindo cuestionaron los roles tradicionales y abrieron camino para el feminismo.


El siglo XX marcó avances significativos: en 1953, las mujeres obtuvieron el derecho al voto; en los años setenta y ochenta, los movimientos feministas impulsaron reformas legales sobre derechos reproductivos, laborales y de violencia de género. La segunda mitad del siglo también vio el reconocimiento de la diversidad sexual, aunque con grandes resistencias.

Hoy, la historia de México sigue siendo atravesada por la lucha feminista y por los movimientos de disidencia sexual y de género, que exigen equidad y justicia en un país donde la violencia de género sigue siendo una problemática grave. Reflexionar sobre estos temas no es solo una cuestión académica, sino un paso necesario para cambiar la forma en que vivimos.


Mono, figura sexual para los nahuas


Uno de los temas que más llamó la atención en este ciclo de conferencias fue el de la sexualidad en la época prehispánica. Jaime Echeverría García, investigador de la UNAM, abordó cómo los antiguos nahuas veían al mono como un símbolo de transgresión y exceso, especialmente en el ámbito sexual. Según explicó, la sexualidad en Mesoamérica es un tema poco estudiado, en parte por la imposición de la moral cristiana tras la conquista.


Los nahuas representaban a los monos araña como seres juguetones, con una gran carga erótica y seductora. En los códices y en piezas de cerámica, aparecen con manos y pies torcidos, cabezas inclinadas y expresiones burlonas. Eran figuras que simbolizaban el placer, la lujuria y también el castigo por el exceso. Si alguien rompía las normas sociales, se decía que estaba actuando como un mono, lo que podía estar asociado incluso con la prostitución.


“La sexualidad en la época prehispánica es muy poco estudiada”, afirmó Jaime Echeverría García, egresado del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM y actual profesor de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle,

Con ejemplos de códices y representaciones en vasijas y sellos, explicó que el mono está asociado en términos positivos al juego, la fertilidad, a la parte lúdica y a las artes; en tanto que del lado negativo se relaciona con el exceso, la seducción, la lujuria y la muerte. “Este animal es un símbolo de transgresión, especialmente en el plano sexual”, comentó.


“Los monos tenían para los antiguos nahuas una representación de quien viola la norma. Para nuestros ancestros, una vida adecuada estaba centrada en la moderación y en una moral rigurosa. En ese sentido el mono era una antítesis representada simbólicamente.”

La sexualidad en el pasado y en el presente


Este tipo de estudios nos ayudan a ver cómo las sociedades prehispánicas tenían una visión distinta de la sexualidad. Para ellas, no era solo un tema de moral, sino que estaba ligado a la fertilidad, el poder y lo sagrado. En la actualidad, hablar de estos temas sigue siendo complejo, pero es necesario para entender nuestra historia de manera más completa.


Reflexionar sobre el género y la sexualidad en la historia nos permite cuestionar las normas que seguimos hoy. Como demuestra la figura del mono en la cultura nahua, las sociedades siempre han creado símbolos para definir lo que consideran aceptable o no. Estudiar estos códigos nos ayuda a entender de dónde venimos y a imaginar cómo podría ser un futuro más justo e incluyente.


Anitzel Díaz



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