La bicicleta en México: de la periferia al centro de la movilidad urbana
- anitzeld
- 3 jun
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Cada 3 de junio se celebra el Día Mundial de la Bicicleta, una fecha proclamada por la ONU en 2018 para reconocer los beneficios sociales, ambientales y económicos de este medio de transporte. Consulta más sobre el Día Mundial de la Bicicleta en el sitio oficial de la ONU.
Más allá de su simbolismo global, la bicicleta ha cobrado un nuevo protagonismo en contextos urbanos como el mexicano, donde durante años fue vista como un vehículo marginal o utilitario, reservado a sectores populares y zonas periféricas. Hoy, sin embargo, su uso ha evolucionado considerablemente, impulsado por la necesidad de una movilidad urbana más sostenible, eficiente y saludable.
En la actualidad existen unos 800 millones de bicicletas alrededor del mundo, la mayor parte de ellas en China; y se fabrican aproximadamente otros 100 millones anualmente.
El uso de la bicicleta en México ha experimentado una transformación notable en las últimas décadas. A comienzos del siglo XXI, su presencia era limitada: según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del año 2000, apenas un 2% de la población utilizaba la bicicleta como medio habitual de transporte. Sin embargo, a partir de la década de 2010, impulsado por la necesidad de soluciones sostenibles, el aumento del tráfico vehicular y una mayor conciencia ambiental, el número de ciclistas comenzó a crecer.

Las primeras bicicletas llegaron a México desde Boston en 1869, pero la inquietud política posterior a la muerte de Maximiliano, más el tipo de ruedas tan difíciles de manejar, llamadas “boneshaker” o “sacudehuesos”, aplacó el entusiasmo que desapareció en pocos meses. En la década de 1890 Se formó el Cycling Union Club y los ciclistas mexicanos ingresaron a él. Este mismo club se encargó de financiar y construir el velódromo de La Piedad, y todo lo que conllevaba una asociación, reglamentar su uso, organizar carreras, cronometrar el tiempo de las vueltas y excursiones, haciendo recorridos a pueblos aledaños, como Cuernavaca y Amecameca.
Actualmente un hito importante ha sido la implementación de Ecobici, el sistema de bicicletas públicas de la Ciudad de México, en 2010. En sus primeros cinco años alcanzó más de 14 millones de viajes acumulados. Para 2022, el sistema contaba con más de 500 estaciones y 7,000 bicicletas, con más de 90,000 usuarios activos. Visita el sitio oficial de Ecobici para conocer su cobertura actual. Esta iniciativa no solo facilitó el acceso a bicicletas compartidas, sino que ayudó a integrar el uso de la bici en la vida cotidiana de miles de personas.
Además, la infraestructura ciclista también ha crecido. En 2007, la Ciudad de México contaba con apenas 10 kilómetros de ciclovías; para 2023, esta cifra superaba los 300 kilómetros. Este crecimiento también se replicó, aunque en menor escala, en ciudades como Guadalajara, Monterrey y Puebla. De acuerdo con la Encuesta Origen-Destino 2017 del INEGI, cerca del 3% de los viajes diarios en el Valle de México se realizaban en bicicleta.
No obstante, este auge ha evidenciado retos persistentes: falta de conectividad entre rutas, inseguridad vial y la necesidad de promover una cultura del respeto al ciclista. A pesar de estos desafíos, la bicicleta se ha posicionado como una alternativa viable y en crecimiento en muchas ciudades mexicanas. Su adopción responde no solo a la necesidad de reducir la contaminación del aire y el tráfico vehicular, sino también a una búsqueda ciudadana por una movilidad más humana, activa y resiliente.
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