Cierre de Nissan en Cuernavaca: El golpe económico que puede detonar más violencia
- anitzeld
- 4 ago
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Actualizado: 5 ago
Cierre de Nissan Cuernavaca pone en riesgo directo e indirecto a más de 9,000 empleos
La decisión de Nissan de cerrar su histórica planta de ensamblaje en Jiutepec (CIVAC) no solo significa el fin de una era industrial para Morelos, sino que amenaza con agravar los problemas económicos y de seguridad en la capital del estado. La salida de la automotriz japonesa, programada para marzo de 2026, pone en riesgo directo e indirecto a más de 9,000 empleos en la región y deja un vacío económico difícil de llenar.
“Nos preocupa profundamente la situación de las y los trabajadores. No compartimos esta decisión empresarial, aunque entendemos que responde a una reestructura global que también afecta plantas en Japón, India y Argentina. No es por fallas locales, sino por la lógica de una economía globalizada”, declaró la presidenta Claudia Sheinbaum

Nissan Cuernavaca: 60 años de historia que llegan a su fin
Desde 1966, la planta de Nissan en CIVAC fue símbolo de desarrollo industrial y orgullo local. Fue la primera factoría de la empresa fuera de Japón y, durante décadas, impulsó la economía de Cuernavaca y Jiutepec. Sin embargo, dentro del plan global de reestructuración ReNissan, la compañía decidió trasladar la producción a sus instalaciones de Aguascalientes, alegando razones de eficiencia y concentración operativa.
Actualmente, la planta cuenta con 3,500 empleados directos. Sumados los empleos indirectos en comercio, transporte, servicios y proveedores, el impacto total alcanza a cerca de 9,000 familias en la zona. La salida de Nissan significa una pérdida de más de 1,500 millones de pesos anuales en derrama económica, y más de 800 millones de pesos en masa salarial que dejarán de circular en el mercado local.El ecosistema industrial de CIVAC, en jaque
CIVAC no es solo Nissan. En este parque industrial operan entre 120 y 160 empresas, entre ellas multinacionales como Unilever, Roche, Givaudan y NEC, así como decenas de pequeñas y medianas empresas proveedoras. Muchas de estas compañías dependen directamente de la operación de Nissan o del flujo económico que genera su plantilla laboral.
La salida de la automotriz afectará la cadena de suministro, reducirá la actividad logística y pondrá en riesgo la viabilidad de otras industrias en la zona. El golpe al empleo será doble: primero, por la pérdida de puestos en la planta, y luego por la caída de contratos para empresas proveedoras y de servicios.

Cuernavaca y el riesgo de un repunte en la delincuencia
El cierre de Nissan llega en un contexto de creciente inseguridad en Cuernavaca. En los últimos años, la ciudad ha experimentado un aumento sostenido en delitos como extorsión, robo a negocio y violencia urbana. La salida de la mayor fuente de empleo formal de la región amenaza con agravar esta tendencia.
Expertos advierten que el desempleo masivo y la caída de ingresos familiares suelen ser caldo de cultivo para el incremento de actividades ilícitas. Sin opciones laborales inmediatas, miles de personas quedarán vulnerables ante redes de delincuencia organizada, narcotráfico o economías informales de alta precariedad.
Aunque la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia, ha asegurado que el cierre no está relacionado con la inseguridad local, es innegable que la percepción de riesgo se ha convertido en un obstáculo adicional para atraer inversiones que sustituyan a Nissan.
¿Qué puede hacer Cuernavaca ante esta crisis?
El gobierno estatal ha iniciado mesas de trabajo con Nissan y representantes sindicales para buscar alternativas, como la reubicación de trabajadores a Aguascalientes o la implementación de apoyos para emprendimientos locales. Sin embargo, expertos en desarrollo regional señalan que la pérdida de una industria de esta magnitud no se resuelve a corto plazo.
Cuernavaca necesita un plan integral de reconversión económica que contemple incentivos fiscales, atracción de nuevas inversiones, fortalecimiento del comercio local y estrategias de seguridad ciudadana. La experiencia de otras ciudades industriales sugiere que sin un programa agresivo de reindustrialización, el vacío dejado por Nissan puede convertirse en un factor de descomposición social.
Un golpe al corazón productivo de Morelos
El cierre de Nissan en CIVAC no es solo un asunto empresarial. Es un evento que pone en jaque a la economía de Cuernavaca, acelera la fragilidad del tejido social y podría amplificar la crisis de inseguridad que desde hace años sacude a la ciudad. La historia industrial de Cuernavaca está a punto de cambiar drásticamente, y la respuesta de las autoridades determinará si se trata de un colapso irreversible o de una oportunidad para reinventarse.

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